viernes, 29 de mayo de 2009

Rosa Luxemburgo, dudas sobre el cadaver enterrado

De Rosa Luxemburgo, me llamaba la atención su impaciencia por revisar la actuación del ser humano en la época primitiva, y es que ella, buscaba la pureza del individuo, la manifestación en su estado más limpio, libre de la contaminación material, con la abundancia del amor, de la solidaridad regando los valles y hermanados para la conquista.

Luxemburgo quería llevar esta pureza del espíritu, esta belleza del alma, esta cooperación y armonía, que extraía del primitivismo a los revolucionarios polacos, alemanes, rusos, a todos aquellos luchadores por el cambio, porque consideraba de fundamental importancia, que se observara, el alma del revolucionario, del hombre y la mujer de la nueva sociedad, como un alma libre de las ataduras del sistema capitalista.


Libertad para ser diferente, es lo que la economista, con sus publicaciones exigía a los compañeros de lucha. Y es cierto, con la eliminación de las amarras del imperialismo nos hacemos libres, pero esa libertad debe ser a plenitud.


Ese ejército de hombres y mujeres que soñaba Rosa Luxemburgo, eran revolucionarios sensibles, llenos de amor por su patria, conocedoras de las masas y del protagonismo que debían ejercer. Eran los constructores junto al pueblo, de la sociedad socialista.


Libertad para ser diferentes, es el grito del pasado que nos dejó una mujer con un corazón hermoso por ” los de abajo” Rosa Luxemburgo. Es el juramento de Bolívar en el Monte Sacro, es el amor por la patria de Martí y de todos los luchadores por un mundo mejor.


Lis


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Un cadáver sin identificar encontrado en el sótano de un hospital de Berlín podría ser el de la revolucionaria asesinada Rosa Luxemburgo, según las autoridades alemanas. El cadáver está decapitado y presenta "semejanzas asombrosas" con el de la líder izquierdista, según ha declarado a Der Spiegel un patólogo del hospital Charite, de Berlín, en una información recogida por la cadena británica BBC.


Der Spiegel quien duda de la identidad del cadáver enterrado. Sugiere que se dieron muchas inconsistencias en el examen post mortem acometido por sus predecesores en el hospital, lo que le ha hecho poner en cuestión sus conclusiones. Tales inconsistencias incluyen el hecho de que los patólogos no mencionan el defecto de las caderas y la diferente longitud de las piernas de la fallecida, lo que le hizo cojear toda su vida. El cadáver, además, no presentaba los golpes de culata que se sabe que Luxemburgo recibió en el cráneo ni del tiro en la cabeza que se supone que le provocó la muerte. Tiroteada y arrojada al río.


Por el contrario, el cuerpo con el que Tsokos se encontró hace dos años mostraba signos claros de ahogamiento, según Der Spiegel. Exámenes posteriores determinaron que el cadáver era el de una mujer de entre 40 y 50 años, que había padecido osteoartritis y cuyas piernas eran de diferentes longitudes. Las extremidades que faltan se pueden explicar por pruebas secundarias como la de que se ataron pesos a las manos y los pies de Luxemburgo antes de ser arrojada al canal, según Tsokos. El agua, al congelarse, habría separado los miembros del cuerpo.