miércoles, 27 de mayo de 2009
Los comunistas crecen a medida que la economía japonesa cae.
El Partido Comunista de Japón, que estuvo prohibido antes de la Segunda Guerra Mundial y después fue considerado un grupúsculo, está creciendo a medida que se profundiza la crisis económica en el país. Un "manga" o revista de historietas japonesa sobre El Capital de Carlos Marx se ha transformado en un best-seller en todo el país; y un cuento de la entreguerra sobre la explotación de los trabajadores encontró nuevos lectores como cómic. La versión "manga" de Das Kapital es un best-seller, al igual que el cómic del clásico de 1929 Kanikosen o el Barco Enlatador de Cangrejos, del escritor comunista Takiji Kobayashi, que describe la brutal explotación de los trabajadores. La versión cinematográfica se estrena este verano (boral), con la actuación de la estrella ascendente Ryuhei Matsuda. A pesar de ser la segunda economía del mundo, Japón asiste al surgimiento de un movimiento juvenil que cuestiona el sistema capitalista, cuando su economía sufre la peor recesión desde 1945, con megaempresas en rojo que eliminan puestos de trabajo. El Partido Comunista de Japón no pregona la revolución violenta, y sus miembros dicen que no comulgan con las doctrinas del ruso Lenin ni del chino Mao, ni siquiera con las ideas del movimiento estudiantil radical de los años 60 y 70. Pero la desilusión con los partidos políticos tradicionales y con los sindicatos ha hecho que el partido crezca a un ritmo de 1.000 nuevos afiliados por mes, mientras su diario Bandera Roja es leído por más de 1,6 millones de personas, según dirigentes. "Este es el segundo país capitalista", afirmó Kimitoshi Morihara, vicepresidente del buró internacional del partido. "Pero ahora la situación es bastante difícil, particularmente para los jóvenes". La desreglamentación del mercado de trabajo ha facilitado a las empresas emplear y despedir trabajadores, y el tradicional empleao de por vida japonés ha dado lugar a la incertidumbre y salarios más bajos para la última generación que entró al mercado de trabajo. El Partido Comunista Japonés, fundado en 1922, fue legalizado recién después de la Segunda Guerra Mundial. Desde los turbulentos años 60 y 70 ha sido un sempiterno partido de oposición. Actualmente sólo tiene 16 bancas de las 722 del parlamento, lo que lo convierte de todas maneras en el cuarto partido político del país, pero sus afiliados están aumentando, mientras que los de los demás partidos caen. Y se está haciendo sentir en la calle. La manifestación del Primero de Mayo en Tokio, coorganizada por el partido, atrajo a 36.000 personas, muchos jóvenes.